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Este es un sueño lleno de magia, de dulce, sonrisas y –sobre todo- de cambios en la vida de Fabricio. El día que lo entrevistamos fue muy difícil la comunicación con él para saber realmente que era lo que deseaba: es un niño muy introvertido, pero, como todos los niños, lleno de inocencia y dulzura.
Como nuestra labor nunca desfallece, estábamos ahí precisamente para saber qué era lo que Fabricio más deseaba en su corazón.
Nos expresó que quería: una cocinita, que en la sala de juegos del hospital Gutiérrez, donde se atiende, hay una y él jugaba con ella. Además contó que ayudaba a su mamá a preparar las comidas.
Al traer la información a la oficina y al momento de ver la mejor manera de hacer realidad este sueño, se nos ocurrió “deseo de ser chef por un día”. Hicimos todos los preparativos junto con la mágica ayuda del Hotel Alvear y su Jefe Pastelero, Ricardo, tanto que le confeccionaron el uniforme de chef y su placa identificatoria.
Por fin llegó el día de hacer realidad un sueño: el sueño de Fabricio, este niño de pocas palabras que, al final, encontró en Ricardo a un Maestro.
Fue así que, en la recepción del Hotel Alvear, el jefe de pastelería Ricardo, recibió a Fabricio para llevarlo a la cocina e introducirlo en el mágico y dulce mundo de la pastelería. La complicidad fue inmediata. Durante más de 1 hora cocinaron juntos galletitas, chocolates, bombones y alfajorcitos, sin importarles las miradas del público. Ellos estaban en su mundo y Fabricio, muy atento, a todas las indicaciones de su Maestro le recordó: “Tenemos algo en el horno”. Su prolijidad fue tan excepcional que los bombones que no salían perfectos iban a parar a su boca
Sonreía, se tomaba fotos, hablaba de los bombones, para finalmente partir con toda su producción y más sorpresas que teníamos para él: una máquina para hacer pastas, otra para helados y una cocinita para seguir haciendo más ricas cosas en casa.
Es un sueño más que cumplimos y es un niño más que hacemos feliz!
Un nuevo pastelero se sumó al Hotel Alvear y al corazón de todos los que recibimos este mensaje.
Querido Equipo:
Les cuento que el sábado a las 11.30 hs. llegué a Tandil. Un sueño muy especial se iba a concretar. En la casa de nuestro soñador me esperaba con una gran sonrisa Lorena, mamá de Juan Martín, a quien muy temprano habían llevado a lo de una tía. Él no se imaginaba que el molino con el que tanto había soñado estaba muy cerquita. En el jardín de la casa de este soñador tan especial, Angel Blaiotta y su equipo trabajaron a prisa y con amor armando y colocando el gran molino.
Cuando todo estuvo listo, trajeron a Juan Martín, nos dimos un gran abrazo y le pedí que cerrara los ojitos. Tomados de la mano fuimos caminado hasta donde un sol brillante iluminaba su sueño!!!
Exclamó: “Es de verdad??? Lo vas a dejar acá???”. Le dije “Make a Wish® está cumpliendo tu gran sueño”. Entonces abrazó a su mamá y ambos lloraron de la emoción. Debo ser sincera y contarles que a todos se nos escapó alguna lágrima de alegría. En ese momento nuestros latidos acompañaron a Juan Martín en ese abrazo gigante lleno de amor.
Luego no podía dejar de mirarlo y preguntar “Cuánto mide?” “Por la noche, con la luz de la luna, lo voy a poder ver?” “Puedo abrazarlo?”...
Era un momento realmente mágico. Después le entregué los tomos de Don Quijote de la Mancha, que le encantaron. Juntos buscamos la parte en la cual Don Quijote y Sancho se encuentran con los molinos de viento...y nos reímos juntos.
Fue una tarde de puras sonrisas, alegrías, sorpresas y mucho amor. Habíamos logrado cumplir con el sueño de Juan Martín: "el molino en el jardín, que girara al compás del viento y que pudiera verlo desde la ventana" ya era realidad.
Me siento orgullosa de pertenecer a Make a Wish®. Somos un equipo que trabaja todos los días por ver en la carita de nuestros soñadores una gran sonrisa de felicidad al ver su sueño hecho realidad.
A disfrutar las fotos!!!
Cariños